Hablemos de Innovación Social en América Latina y El Caribe

  • Beatriz de Anta

Déjame hacerte una pregunta, ¿realmente sabes lo que significa el emprendimiento social?

Ésta era una de las reflexiones que le hacía a un compañero uno de los jóvenes de la red de emprendimiento social Panama Youth Connection. Estos jóvenes, ganadores de la Maratón de Ideas en Panamá, se convirtieron en líderes comunitarios en 2017 y ahora están abriendo nuevas puertas al espíritu empredendor a través de la plataforma de Panama Youth Connection, cuyo espíritu es ayudar a otros jóvenes en riesgo social a formular más proyectos para conseguir un impacto en la comunidad.

El concepto de innovación social está en auge en América Latina y el Caribe, y es ya una pieza fundamental para el mundo empresarial, académico, de investigación y cooperación al desarrollo. La innovación social abre la posibilidad de diseñar, crear e implementar proyectos con un ángulo novedoso, proporcionando soluciones “fuera de la caja” y a bajo costo. Y América Latina y el Caribe (ALC), tiene mucho que contar.

Ya en 2008, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), junto con la Fundación WK Kellog, desarrolló el proyecto ‘Experiencias en innovación social en América Latina y el Caribe. El objetivo del proyecto era analizar y difundir las mejores prácticas que abordan desafíos como la pobreza, la paz, la prosperidad, la protección del medio ambiente, objetivos entre otros de las Metas de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas (NN.UU). Con 4,800 proyectos recibidos, 72 proyectos finalistas y 25 ganadores, la región necesita más de este tipo de iniciativas, que se convierten en un extraordinario canal de transmisión de ideas, experiencias exitosas y lecciones aprendidas para el crecimiento socioeconómico y el desarrollo humano a nivel regional.

Recientemente participé en la II Conferencia de la Red Latinoamericana de Innovación Social (LASIN) en Bogotá, Colombia. LASIN es una red de universidades en la región de ALC y Europa que busca compartir modelos de innovación y mejores prácticas para ayudar a los nuevos emprendedores sociales a transformar sus comunidades en ambos lados del Atlántico. Manon van Leeuwen, asesora de innovación social, argumenta acertadamente en el blog “8 iniciativas de innovación social en América Latina y el Caribe” que el impulso para la innovación proviene desde la comunidad local. Sin embargo, la conclusión que más me impresionó de la conferencia es que el camino para crear valor compartido en la innovación social requiere de un esfuerzo coral entre diferentes actores, desde emprendedores sociales hasta actores gubernamentales, empresas privadas y el mundo académico.

¿Y por qué cada uno de ellos cuenta? Porque cada actor representa una pieza esencial en el rompecabezas del desarrollo humano, especialmente en aras de la sostenibilidad y la maximización de los recursos humanos y financieros. Sin embargo, es interesante observar que todavía hay mucho trabajo por hacer en el encaje del sector privado, un sector quizás aún estigmatizado por su naturaleza empresarial. No obstante, su papel y contribución a través de su responsabilidad social corporativa deben encontrar su lugar en el escenario de la innovación social en la región.

Durante esta conferencia, los oradores compartieron experiencias interesantes como ejemplos de proyectos para replicar en el resto de la región. Proyectos como ‘Balloom Latam’ en Chile, por ejemplo, crean y promueven redes comunitarias a través de programas de investigación y capacitación con el fin de mejorar el valor cultural, socio ambiental, humano y económico de las comunidades locales, y en última instancia lograr la auto resiliencia. Balloom Latam conecta a profesionales de la industria agrícola con empresarios rurales para desarrollar talleres y metodologías para mejorar su producción y compartir su prosperidad con sus comunidades. Los estudiantes de agronomía y los coordinadores regionales rurales asisten en la implementación de las estrategias diseñadas. En los casos en que los municipios tienen la capacidad y los recursos, intervienen en la recopilación de datos de evaluación de base. Este proyecto se replicó en Argentina y México y logró impactar a más de 400 emprendedores. A pesar del apoyo recibido por el gobierno nacional, el desafío de la sostenibilidad persiste, y es aquí donde la comunidad implementadora debe pensar en maneras de involucrar a actores no tradicionales, como el sector privado.

En Panamá, la Fundación Ciudad del Saber creó un hub de “innovación de conocimiento y competitividad” a fines de los años 90. La Ciudad del Saber sirve como un laboratorio para la creación de proyectos que contribuyen a un crecimiento integral a través de la educación, la investigación y la innovación. Con más de 5,000 personas de organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, así como institutos de investigación, instituciones académicas y empresas de innovación, se reúnen para fomentar la colaboración en nuevas ideas y compartir proyectos exitosos que aportan más valor agregado a la comunidad y la región.

 ¿Es la innovación social una habilidad innata o aprendida? La innovación social es una herramienta poderosa para el desarrollo humano, para el tejido socioeconómico de las comunidades locales, así como para el progreso del país en general. Una combinación sincronizada y coordinada de actores gubernamentales, no gubernamentales, académicos y del sector privado es esencial para garantizar que los proyectos de desarrollo se mantengan con una gestión eficiente dentro de un marco de innovación. El potencial de innovación reside en cada uno de nosotros, y las nuevas generaciones necesitan mayores recursos para una mayor investigación y desarrollo (I + D), plataformas de intercambio, foros de expertos y programas de capacitación para encontrar mejores soluciones a los desafíos actuales y futuros. Esto ayudaría a la región de ALC a avanzar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, pero también para lograr una mayor ventaja competitiva para hacer frente a los desafíos a nivel global.

 Sin embargo, todavía hay mucho que decir. ¿Te unes a la conversación?

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