¿Qué sucede realmente con la Paridad en Argentina?

  • Raquel Munt

En Argentina el 23 de noviembre de 2017 se sancionó la Ley 27.412, que aborda la Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política en el país. La misma establece que las listas de candidatos/as al Congreso de la Nación (diputados/as y senadores/as) y al Parlamento del Mercosur deben ser efectuadas “ubicando de manera intercalada a mujeres y varones desde el/la primer/a candidato/a titular hasta el/la último/a candidato/a suplente”.

El propósito de la normativa es elevar el porcentaje de mujeres en ambas Cámaras, que en los últimos años promedió el 40%. Actualmente en el Congreso se registran 98 diputadas (38,13%) y 29 senadoras (40,28%), de acuerdo a datos proporcionados por la ONG Directorio Legislativo.

En los comicios del presente año se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Cabe destacar que todas las fuerzas políticas que competirán en las elecciones generales dieron cumplimiento a la ley de paridad. Pero esto no implica que exista igual cantidad de mujeres y hombres en las listas de candidatos ni que la próxima conformación de las cámaras esté integrada en un 50% por mujeres. Aquí entran a jugar otros factores, tales como el número de bancas que se elige en cada provincia y, especialmente, quienes figuran en el encabezamiento de las listas.

En pos de alcanzar una mejora en la calidad de nuestra democracia y dar cuenta del empoderamiento de las mujeres en el ámbito político y bregando porque la agenda de las mismas se encuentre presente en los partidos políticos argentinos, dicha paridad debería ser respetada, desarrollando iniciativas que impulsen la mencionada paridad entre hombres y mujeres (participación equitativa) en los espacios políticos.

No obstante, lo mencionado, a pesar de la vigencia de la ley 27.412, este año se elegirán más legisladores hombres. Ante esta realidad resulta fundamental que se continúe trabajando en revertir el déficit en el área de Participación Política y se construya una democracia de calidad.

En las elecciones de este año se cuentan con más hombres que mujeres en las listas de candidatos al Congreso y en muchas nóminas hay más postulantes masculinos. Se registra una sola excepción: el caso de la Provincia de Tierra del Fuego. La provincia más joven de la Argentina es la única que registra más mujeres que hombres en sus listas de candidatos titulares al Congreso. Otro dato a destacar es que en dicha provincia las cinco fuerzas políticas que compiten llevan a mujeres como cabeza de lista para la Cámara de Diputados. Lo contrario ocurre en las provincias de Formosa y Jujuy. En la primera de ellas, todas las nóminas son encabezadas por hombres, ocupando las mujeres un segundo lugar. Por su parte, en Jujuy sólo una lista se encuentra liderada por una mujer.

Cabe resaltar que la Cámara Nacional Electoral (CNE) ha informado que once distritos ofrecen la misma cantidad de varones y mujeres en sus listas de candidatos/as al Congreso: Catamarca, Ciudad de Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, Misiones, Neuquén, Salta, Santa Cruz, Santa Fe y Santiago del Estero. A diferencia de las nombradas, otras diez provincias poseen primacía masculina en sus listas, entre las que se encuentran la Provincia de Buenos Aires, Chubut, Córdoba, La Rioja, Mendoza, Río Negro, Tucumán y las ya mencionadas Formosa y Jujuy.

Si bien todas las fuerzas políticas cumplieron con la Ley de Paridad e intercalaron candidatos de los dos sexos en sus nóminas, en la mayoría de ellas se privilegió a los candidatos masculinos para ocupar el primer lugar. 

Pese a que la ley permite incrementar el número de mujeres en el Congreso, el efecto en su totalidad se verá en los próximos años. Brindar prioridad a la participación política de las mujeres e incrementar su acceso a lugares de decisión permitirá instalar una agenda política que mejora la calidad de vida de las mismas.

Más allá de trabajar por incrementar la participación política de las mujeres, también resulta trascendente la incorporación del lenguaje inclusivo o no sexista, el cual debería ir incorporándose, al igual que en el discurso de las mujeres se integre a las nuevas generaciones, reafirmando la perspectiva de género, pues ello ayuda a romper estereotipos de género.

Ante la realidad planteada se hace urgente avanzar en la democratización interna de los partidos políticos para mejorar la participación y el acceso de las mujeres en las estructuras partidarias, permitiéndoles aumentar su presencia en los lugares de decisión.

El respetar la paridad es un paso hacia adelante hacia la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, y ayuda para que el tema de la participación política de las mismas deje de ser invisible o que ocupe un sitio menos importante en la agenda pública.

El mensaje final, y el deseo que se haga realidad es que, si deseamos una democracia más equitativa e incluyente, las mujeres deben estar presentes. Instalar los temas de paridad, participación y representación en el debate de políticas públicas ayudará a mejorar la democracia argentina.

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